De Rosario al mundo
- Fugitivos
- 18 nov 2018
- 6 Min. de lectura
Perfil de Giovani Lo Celso, el joven futbolista rosarino que deleita con su pierna zurda a los fanáticos del Betis.

Por Ramiro Pozzi.
Celebra con una amplia sonrisa que ocupa casi la totalidad de su cara y comienza una carrera apresurada hasta que los compañeros de equipo lo cruzan con brusquedad para interceptarlo y rodearlo de abrazos y felicitaciones de todo tipo. Segundos antes había comenzado la jugada como número 8, se ponía la cancha de frente y con enganches cortitos de su pierna izquierda hacía pasar de largo a dos rivales. Fuera del área, a 20 metros del arco, levantaba imperceptiblemente la cabeza para comprobar que el arquero contrario estaba agachado y bastante mal colocado. Con la tranquilidad de un niño jugando en el patio de su casa, calzó con suavidad el pie bajo la pelota que se elevó en forma de parábola parecida a los triples que vemos en la NBA y se colgó en el ángulo izquierdo del portero del Lille francés. No hubo esfuerzo que le valga al pobre para evitar un golazo que recorrió el mundo entero.
No pasaba desapercibido. No era el experimento de un jeque árabe con dinero que decidió fijarse en una promesa rosarina que hacía apenas un año se desempeñaba en la primera división de Rosario Central, en la Liga Argentina. Poco a poco comenzaba a ser motivo de sorpresa en diferentes noticieros deportivos del mundo, ya que el joven de apenas 22 años se abría camino en un equipo de estrellas mundiales como Neymar, Dani Alves, Cavani y Di María para nombrar solo algunos.
"Con la tranquilidad de un niño jugando en el patio de su casa, calzó con suavidad el pie bajo la pelota que se elevó en forma de parábola parecida a los triples que vemos en la NBA y se colgó en el ángulo izquierdo del portero del Lille francés."
En el último mercado de pases fue cedido a préstamo al Real Betis español con el fin de obtener mayor importancia y continuidad, y en un puñado de partidos consiguió la adoración de todo el fanatismo del equipo sevillano. Dos goles al Milan en La Europa League y otro al Barcelona de Messi en el Camp Nou son motivos más que suficientes para que la afición de su nuevo equipo se esperance y encuentre en él a su nuevo niño prodigio.
Cada vez que Giovani Lo Celso marca un gol levanta su mano derecha en señal de saludo y con su mano izquierda señala los 5 dedos. En ese gesto se encuentran representados los 5 restantes miembros de la familia. Su padre y al mismo tiempo su representante es Juan Lo Celso, ex jugador de fútbol en su juventud y electricista recientemente retirado. A la madre contadora, Sandra, le llevó tiempo comprender que Gio no era un chico a quien lo desvelen los estudios, sino un virtuoso que desde que tiene uso de la razón se planteó ser jugador de fútbol y a partir de allí su vida transcurrió en torno a eso. Supo dejar de lado salidas con amigos y en segundo plano cualquier evento que no tuviera que ver de manera directa con el fútbol. Eso le hizo comprender a Sandra que la responsabilidad de su hijo estaba puesta por completo en el deporte y terminó por postergar sus ganas de verlo continuar alguna carrera universitaria. Luciana y Agostina Lo Celso son sus hermanas mayores, respiran fútbol como toda la familia, y acompañaron al volante zurdo en todas sus etapas deportivas; primero en el San José, luego en Regatas cuando incursionó en el futsal, años después en la Academia Jorge Griffa, en Rosario Central, club en el cual hizo su debut en el año 2015, en el PSG francés y actualmente en el Real Betis español. El último integrante de la familia es Francesco Lo Celso, su hermano menor, que milita en las inferiores de Rosario Central y tiene un juego bastante similar al de Giovani, además de compartir el mismo puesto en la cancha.
En cada etapa futbolística que transcurrió despertó la admiración de compañeros y rivales que no comprendían cómo un pequeño rubiecito de ojos celestes, físico enjuto y baja estatura podía calcular dónde estaban posicionados el resto de los jugadores del campo antes de recibir la pelota. No entendían como con sus lecturas del juego era capaz de abrir cualquier defensa a través de pases y con una precisión de cirujano y elegancia característica de un pintor.
"Poco a poco comenzaba a ser motivo de sorpresa en diferentes noticieros deportivos del mundo, ya que el joven de apenas 22 años se abría camino en un equipo de estrellas mundiales como Neymar, Dani Alves, Cavani y Di María"...
“Entraba a la cancha con cara tímida, de nene con miedo, pero al rato ya pedía la pelota por todos lados, tiraba caños, se puteaba con los rivales y nos ordenaba a todos. Metía pases de puntín, de 3 dedos y con distancia de más de 50 metros largaba un bochazo y te dejaba solo contra el arquero rival. Una locura.” El autor de estos testimonios es Franco Oviedo, quien compartió la cancha con Giovani en la reserva de Rosario Central y en su último año de 4ta división, en la cual Gio solo participaba de manera esporádica ya que su categoría por edad era la 6ta.
“En todas las divisiones inferiores no vi nunca un jugador como él. En ningún equipo. Vi jugadores rápidos, habilidosos, potentes y desequilibrantes. Pero ninguno con la clase y la inteligencia de Giovani. En Central jugaban todas las divisiones con un esquema 4-4-2 y se exigía ser súper disciplinados con la marca. Salvo en la división que jugaba él. Ahí te pedían que corras para hacer lugar y que cada vez que tengamos la pelota se la demos a la zurda del ‘Mono’.” Franco se frota la cabeza y carraspea orgulloso mientras le llueven los recuerdos felices que desempolva cada vez que alguien le pregunta sobre su ex compañero.
Todo pasó muy rápido; desde su debut en primera en julio de 2015 a la actualidad la carrera de Gio se produjo de manera ascendente y, por lo menos al día de hoy, es imposible calcular cuál será su techo. En el año 2016 fue convocado por el Vasco Olarticoechea para disputar los Juegos Olímpicos en representación de nuestro país. En diciembre del mismo año fue transferido por una cifra récord (15 millones de Euros) para su ex club rosarino al PSG francés. Pero dos años más tarde el Real Betis demostró interés en él y consiguió la cesión como jugador por un año.
"Todo pasó muy rápido; desde su debut en primera en julio de 2015 a la actualidad la carrera de Gio se produjo de manera ascendente y, por lo menos al día de hoy, es imposible calcular cuál será su techo."
“Por primera vez a la Selección me llamaron de milagro; iba a ir Icardi pero se lesionó una semana antes, así que Sampaoli me llamó al celular para avisarme que me iba a tener en cuenta para la gira por Australia.” El joven mediocampista recuerda su primera convocatoria a la Selección Mayor y se le hace inevitable sonreír. “Pensé que iba a ir de relleno, para completar el lugar que faltaba, pero terminé jugando los dos partidos de la gira de titular.” Antes de seguir su relato vacila unos segundos, como preparándose para contar la parte más importante. “Me enteré que formaba parte de la lista definitiva del mundial el mismo día que salió en los medios. Algo ya me imaginaba por lo que se decía, pero ninguna certeza.” La sonrisa le ocupa la cara entera y el relato queda entrecortado.
Por esas cosas extrañas del fútbol, no tuvo la suerte de disputar ni un minuto de juego en el Mundial, a pesar de haber disputado varios partidos previos como titular, pero la experiencia le dejó aprendizajes y conocimientos que seguramente utilizará de manera positiva para su vida profesional.
Mientras tanto, en Rosario, los “suyos” -su familia y sus amigos- se juntan a ver cada partido ansiosos y repletos de orgullo, a la espera de que demuestre en el campo de juego lo que vale como jugador y como persona y por qué no, levante los 5 dedos de su mano derecha y con la izquierda los señale.
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